sábado, 30 de outubro de 2010

Nunca se sabe dónde terminan los caminos y dónde comienzan las bagualas.


Nunca se sabe dónde terminan los caminos y dónde comienzan las bagualas.

 
Porque son caminos también, esos rumbos del canto montañés que el hombre busca, o halla, y sigue por ellos, noche adentro y sueño arriba.
La marcha de la mula, heroica bestia del Ande, tiene un ritmo que anda buscando un canto.

Entonces el hombre madura sus silencios para parir la copla. Y la copla sale. Se hamaca en el viento, se orienta, y se larga cuesta arriba, buscando no sé que estrella para hacerla comprender las viejas angustias del pueblo y el desesperado anhelo del hombre.

De día no nace la copla. El canto es cosa que pertenece al río y al pajonal, y al pájaro, y al aire limpio.
De noche es otra cosa. La sombra emponcha los cerros. Sólo queda, apenas blanqueando sobre el pedregal, la cinta infinita del camino.

Cuando la noche le ha robado el paisaje de afuera, el hombre se anima a abrir la ventana de su otro mundo.
Es entonces cuando escapa, asustada paloma, la copla del arriero montañés.


Cuando el hombre salió por la montaña, anduvo caminos en la tierra que lo llevaron lejos. Trabajó, vio vacunos, ovejas, cercos, pastizales, bañados, potreros. Anduvo caminos...
Cuando regresa ya no ve el camino. No precisa verlo.
Tiene confianza en su mula. Y el hombre encuentra a los otros caminos, menos ásperos a veces, porque hay un juego nostálgico y una espuma lírica que le alivianan esa marcha azul de sus cantares.


Y "la baguala" se presenta en la noche, y se adueña del cerro. El canto de la baguala domina la voz de los ríos y el estremecimiento del pajonal. Pero la copla, tierna o brava, rebelada o preñada de saudades, duele, hiere, con ese puñal de verdades angustiosas y de silencios malos y lindos que el hombre junta en la tierra. Por eso es que están en ese minuto alto, en la noche y en el cerro, unidos los caminos y las bagualas. Unidos, consubstanciados, dentro de ese tambor extraño y tenaz que es el corazón del indio. Por eso, nunca se sabe dónde terminan los caminos y dónde comienzan las bagualas.


- BAGUALAS Y CAMINOS - ATAHUALPA YUPANQUI


Escuche la historia de la Baguala de Amaicha por Atahualpa Yupanqui

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